Muchas personas llegan a consulta con una pregunta muy común: “¿Por qué me duelen las piernas si no tengo varices visibles?”
El malestar, la pesadez o la hinchazón en las piernas suele asociarse automáticamente con las varices, esas venas abultadas y azuladas que se notan fácilmente bajo la piel. Pero ¿qué pasa cuando no hay señales externas? La respuesta puede estar en una afección silenciosa: la insuficiencia venosa crónica sin varices visibles, también conocida como varices internas o varices ocultas. ¿Qué son las varices internas? Las varices internas son venas que han perdido su capacidad de transportar adecuadamente la sangre de regreso al corazón, pero no se manifiestan en la superficie de la piel. Es decir, el problema circulatorio existe, pero no siempre es visible a simple vista. Esto ocurre cuando las válvulas dentro de las venas, cuya función es evitar el flujo retrógrado de la sangre, dejan de funcionar correctamente. Como resultado, la sangre se acumula en la parte baja de las piernas, causando síntomas molestos sin que haya signos externos evidentes. Principales síntomas de las varices ocultas Si bien no se ven, las varices internas sí se sienten. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
Estos síntomas suelen empeorar después de estar mucho tiempo de pie o sentado, o durante climas calurosos. ¿Quiénes son más propensos a padecerlas? Las varices internas no son exclusivas de un grupo específico, pero existen ciertos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de desarrollarlas:
¿Cómo se diagnostican las varices no visibles? Dado que no se observan a simple vista, el diagnóstico de varices internas debe hacerse mediante un estudio específico llamado ecografía Doppler venosa. Esta prueba permite visualizar el flujo sanguíneo en las venas y detectar zonas donde hay reflujo venoso o dilatación interna. La evaluación con Doppler es rápida, indolora y no invasiva, y es clave para confirmar un diagnóstico preciso y definir el tratamiento adecuado. ¿Qué pasa si no se tratan? Ignorar los síntomas puede tener consecuencias. La insuficiencia venosa, aunque no sea visible, es progresiva. Si no se trata, puede derivar en complicaciones como:
Tratamientos disponibles El tratamiento dependerá del grado de insuficiencia venosa y de las características del paciente, pero algunas de las opciones más frecuentes son: 1. Medidas conservadoras
2. Tratamientos médicos o quirúrgicos
Estos procedimientos suelen realizarse de forma ambulatoria y permiten al paciente retomar sus actividades cotidianas en poco tiempo. ¡Escucha a tus piernas! El dolor, la pesadez o la hinchazón en las piernas no deben ignorarse, aunque no haya varices visibles. Las venas pueden estar dañadas por dentro, y el cuerpo está enviando señales que no deben subestimarse. La buena noticia es que la insuficiencia venosa tiene tratamiento. El primer paso es acudir a un especialista en cirugía vascular o endovascular, como el Dr. Fernando Biguria, quien podrá evaluar tu caso con precisión y ofrecerte la mejor solución. ¿Tienes molestias en las piernas y no sabes por qué? Agenda una cita con el Dr. Fernando Biguria y obtén un diagnóstico completo. Tu salud venosa merece atención profesional.
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Con la llegada del verano, muchas personas que padecen insuficiencia venosa o tienen antecedentes de varices comienzan a notar un aumento en los síntomas: piernas más pesadas, hinchazón, picor, e incluso dolor. ¿Es el calor el culpable? ¿Qué se puede hacer para prevenir este malestar en los meses de altas temperaturas?
En este artículo, te explicamos cómo afecta el calor a las venas, por qué los síntomas empeoran en verano y qué puedes hacer para cuidar tu salud venosa durante esta temporada. ¿Por qué el calor afecta negativamente a las varices? Las varices son venas dilatadas que han perdido su capacidad de transportar eficazmente la sangre de regreso al corazón. Esto suele deberse a una alteración en las válvulas venosas que provoca un reflujo sanguíneo y un aumento de presión en las venas superficiales de las piernas. Durante el verano, las altas temperaturas provocan una vasodilatación, es decir, una expansión natural de los vasos sanguíneos. Este fenómeno permite que el cuerpo libere calor, pero también dificulta el retorno venoso, lo que agrava los síntomas de la insuficiencia venosa crónica. En resumen: el calor dilata las venas, aumenta la presión en el sistema venoso y, por tanto, intensifica los síntomas asociados a las varices. Síntomas que suelen empeorar en verano Muchas personas notan un empeoramiento de los siguientes síntomas cuando sube la temperatura:
Estos síntomas no solo son molestos, sino que también pueden interferir con las actividades cotidianas, el descanso y la calidad de vida. ¿Qué personas tienen mayor riesgo en verano? Aunque todos podemos notar los efectos del calor, hay ciertos perfiles que deben prestar especial atención:
Recomendaciones para cuidar tus venas en verano Afortunadamente, existen varias medidas que pueden ayudarte a minimizar el impacto del calor sobre las varices y mejorar tu bienestar venoso durante el verano: 1. Evita la exposición prolongada al calor directo Permanecer muchas horas bajo el sol, tomar baños calientes o usar saunas intensifica la vasodilatación. Siempre que sea posible, busca lugares frescos y con sombra. 2. Hidrátate correctamente Una buena hidratación mejora la circulación y ayuda a mantener una correcta viscosidad de la sangre. Bebe al menos 1.5 a 2 litros de agua al día, especialmente en días calurosos o si haces ejercicio. 3. Camina o realiza ejercicios de bajo impacto La actividad física estimula el retorno venoso y evita el estancamiento de la sangre en las piernas. Caminar, nadar o practicar bicicleta son excelentes opciones para el verano. 4. Eleva las piernas al descansar Al terminar el día, recuéstate y eleva las piernas por encima del nivel del corazón durante 10 a 15 minutos. Esto facilita el drenaje venoso y reduce la hinchazón. 5. Usa medias de compresión, incluso en verano Aunque puede parecer incómodo, las medias de compresión médica siguen siendo una herramienta fundamental para el tratamiento y prevención de las varices. Existen modelos especialmente diseñados para climas cálidos, fabricados con materiales más ligeros y transpirables. 6. Cuida tu dieta El exceso de sal favorece la retención de líquidos, lo que puede agravar la hinchazón. Prioriza alimentos ricos en antioxidantes (como frutas rojas, uvas, cítricos), fibra y potasio. 7. Evita el sedentarismo Si trabajas muchas horas sentado o de pie, intenta hacer pausas activas: mueve los pies, cambia de posición o realiza estiramientos. Cada pequeño movimiento ayuda a la circulación. ¿Es buena idea tratar las varices en verano? Muchas personas piensan que el verano no es la mejor época para tratar las varices, pero esto depende del tipo de tratamiento. Hoy en día, gracias a técnicas mínimamente invasivas como la escleroterapia, la radiofrecuencia o el láser endovenoso, es posible realizar tratamientos ambulatorios incluso durante los meses cálidos, siempre que se sigan las recomendaciones médicas. Lo más importante es acudir a una evaluación especializada, donde el cirujano vascular pueda valorar tu caso y determinar el mejor momento para tratar tu problema venoso. ¡Cuida tus varices también en verano! Sí, el calor puede empeorar las varices y aumentar significativamente sus síntomas. Sin embargo, con las medidas adecuadas, es posible disfrutar del verano sin renunciar al confort y al cuidado de tu salud venosa. Recuerda que las varices no son solo un problema estético, sino una condición médica que, si no se trata a tiempo, puede evolucionar y provocar complicaciones más serias como trombosis o úlceras venosas. Si presentas síntomas persistentes o molestias frecuentes, no esperes a que el calor empeore la situación. Consulta con un especialista en cirugía vascular, como el Dr. Fernando Biguria, y comienza a cuidar tus piernas desde hoy. Las varices son un problema común que puede afectar tanto a personas que pasan muchas horas de pie como a quienes permanecen largos periodos sentados. Ambas situaciones dificultan el retorno venoso, generando presión en las venas de las piernas y favoreciendo su dilatación.
Pero la buena noticia es que sí puedes prevenirlas con hábitos simples y efectivos. Aquí te comparto los mejores consejos para cuidar tus piernas mientras trabajas. ¿Por qué afecta tanto estar de pie o sentado? Cuando estás mucho tiempo en la misma posición, la sangre tiende a acumularse en las piernas. Esto aumenta la presión venosa y puede provocar:
Tanto el sedentarismo como el exceso de actividad estática (como estar de pie todo el día) son factores de riesgo importantes. Consejos para prevenir varices en el trabajo: 1. Activa tus piernas cada hora: Haz pausas activas. Si estás sentado, levántate y camina unos minutos. Si estás de pie, mueve los pies en círculos, sube y baja los talones, o flexiona las rodillas. Cada 45-60 minutos, mueve tu cuerpo aunque sea por 5 minutos. 2. Eleva las piernas cuando sea posible: Durante tus descansos o al llegar a casa, coloca las piernas en alto por unos 10-15 minutos. Esto ayuda a drenar la sangre acumulada. 3. Usa medias de compresión si lo necesitas: Las medias de compresión mejoran el retorno venoso y alivian síntomas como la hinchazón o la fatiga. Son especialmente útiles si tienes antecedentes familiares o síntomas iniciales. Consulta con un especialista para saber cuál es el tipo adecuado para ti. 4. Cuida tu postura: Evita cruzar las piernas al estar sentado y mantén una postura erguida. Si trabajas de pie, trata de alternar el peso entre ambas piernas y apóyate sobre una base elevada (como un pequeño banquito) para descargar un poco las articulaciones. 5. Hidrátate bien y come saludable: Beber suficiente agua y llevar una dieta rica en fibra, frutas, verduras y antioxidantes mejora la circulación y reduce la inflamación. Evita el exceso de sal, ya que favorece la retención de líquidos. 6. Haz ejercicio regularmente: Caminar, nadar, andar en bicicleta o hacer yoga ayuda a activar la circulación. No necesitas entrenar intensamente, con 30 minutos al día es suficiente para cuidar tus venas. ¿Cuándo consultar a un especialista? Si presentas síntomas como:
Si tu trabajo te exige estar muchas horas de pie o sentado, incorporar estos hábitos puede marcar una gran diferencia. Pequeñas acciones diarias pueden prevenir problemas venosos a largo plazo. Agenda tu consulta con un especialista y dale a tus piernas el cuidado que se merecen. Las varices no solo son un problema estético, también pueden afectar tu salud y calidad de vida. Si bien existen varios tratamientos para controlarlas, en algunos casos la cirugía es la opción más efectiva. Pero, ¿cómo saber si realmente la necesitas?
En este artículo te ayudamos a identificar las señales que podrían indicar que es momento de considerar una intervención quirúrgica. 🩺 ¿Qué son las varices? Las varices son venas dilatadas y con mal funcionamiento que impiden que la sangre circule correctamente. Esto genera síntomas como pesadez, hinchazón, calambres y, en casos avanzados, cambios en la piel o úlceras. ❗️Señales de que podrías necesitar cirugía: Aunque cada paciente es diferente, estos son signos comunes de que una evaluación quirúrgica podría ser necesaria: 1. Dolor persistente en las piernas: Si sientes dolor constante, ardor o molestia en las piernas, especialmente después de estar mucho tiempo de pie o sentado, es una señal de insuficiencia venosa que puede requerir intervención. 2. Varices muy marcadas o abultadas: Cuando las venas sobresalen visiblemente, tienen forma de cordones o se inflaman con frecuencia, podrías estar ante un caso que no se resuelve solo con medidas conservadoras. 3. Hinchazón frecuente en tobillos y piernas: La retención de líquidos por mala circulación puede generar edema (hinchazón), especialmente al final del día. Si esto ocurre de forma crónica, es probable que necesites una solución más profunda. 4. Cambios en la piel o aparición de úlceras: Manchas oscuras, enrojecimiento, piel más delgada o la aparición de heridas que no cicatrizan (úlceras venosas) indican un estadio avanzado que suele requerir cirugía. 5. No mejoras con tratamientos conservadores: Si ya has probado cambios en tu estilo de vida, uso de medias de compresión o tratamientos menos invasivos sin resultados, tu médico podría recomendarte una cirugía para tratar el problema desde la raíz. ¿Qué tipos de cirugía existen para las varices? Hoy en día, la cirugía de várices ha evolucionado mucho. Algunas opciones modernas incluyen: 🔹 Safenectomía tradicional: extracción de la vena afectada. 🔹 Láser endovenoso o radiofrecuencia: tratamientos mínimamente invasivos, sin cortes grandes ni hospitalización. 🔹 Microcirugía o flebectomía ambulatoria: para várices superficiales. El especialista determinará cuál es la mejor opción para ti según el grado de la insuficiencia venosa. Si experimentas alguno de estos síntomas o las varices están afectando tu día a día, no postergues la consulta. Un diagnóstico a tiempo puede evitar complicaciones y ofrecerte una solución definitiva. Agenda tu consulta y recibe una evaluación personalizada. Tus piernas y tu salud te lo agradecerán. Una buena circulación es clave para mantener una salud óptima, prevenir várices y evitar problemas venosos. Lo que comes influye directamente en tu sistema circulatorio, ya que ciertos alimentos pueden fortalecer las venas, mejorar el flujo sanguíneo y reducir la inflamación.
En este artículo, descubrirás qué alimentos incluir en tu dieta para mejorar la circulación y cuidar la salud de tus piernas. Alimentos que favorecen la circulación: 1. Grasas Saludables: Protegen tus venas Las grasas saludables ayudan a reducir la inflamación y a mejorar la elasticidad de las venas, como pueden ser el aguacate, aceite de oliva extra virgen, frutos secos (nueces, almendras, avellanas) y pescados ricos en omega-3 (salmón, sardina, atún) 2. Frutas ricas en Vitamina C: Refuerzan las paredes venosas La vitamina C es esencial para la producción de colágeno y elastina, dos componentes que mantienen fuertes las paredes de las venas, como pueden ser las naranjas, mandarinas, fresas, kiwis, limón y pomelo. 3. Frutos Rojos: Potentes antioxidantes para la circulación Los arándanos, moras y frambuesas contienen Flavonoides que mejoran la circulación y reducen la inflamación en las venas. 4. Alimentos ricos en Flavonoides: mejoran el flujo sanguíneo Los flavonoides ayudan a dilatar los vasos sanguíneos y mejorar la circulación, como pueden ser el chocolate negro (mínimo 70% cacao), té verde, cebolla y ajo. 5. Verduras de hoja verde: ricas en fibra y nitratos Los nitratos naturales que contienen ayudan a dilatar los vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo. Ejemplos de alimentos, puede ser la espinaca, el kale o la acelga. 6. Agua: La clave para una buena circulación La deshidratación puede hacer que la sangre se vuelva más espesa y dificulte la circulación. Beber suficiente agua a diario mantiene la sangre fluida y mejora el transporte de oxígeno y nutrientes. 💡 Consejo: Consume al menos 2 litros de agua al día y evita bebidas azucaradas. Mantener una alimentación saludable es clave para mejorar la circulación y prevenir problemas como várices o insuficiencia venosa. Incluir más frutas, verduras, grasas saludables y agua en tu día a día fortalecerá tus venas y reducirá el riesgo de complicaciones. Si ya sufres de várices o problemas circulatorios, consulta con un especialista para recibir un tratamiento adecuado y complementar tu dieta con hábitos saludables. Las medias de compresión están diseñadas para mejorar el flujo sanguíneo en las piernas. Aplican una presión controlada, que es más fuerte en los tobillos y disminuye gradualmente hacia arriba.
Esto ayuda a: ✅ Mejorar la circulación sanguínea ✅ Reducir la hinchazón y la sensación de pesadez ✅ Evitar la acumulación de sangre en las venas ✅ Disminuir el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP) ¿Realmente son efectivas para las várices? Sí, las medias de compresión pueden ser muy efectivas, especialmente en las primeras etapas de las várices o para quienes tienen factores de riesgo. Si bien no eliminan las várices existentes, sí ayudan a: ✔️ Aliviar síntomas como dolor, pesadez y calambres nocturnos ✔️ Prevenir el avance de la insuficiencia venosa ✔️ Favorecer la recuperación tras tratamientos médicos o cirugía vascular Para obtener los mejores resultados, es importante usarlas de forma correcta y elegir la compresión adecuada según la indicación de un especialista. ¿Quiénes deberían usarlas? Las medias de compresión son recomendadas para: 🔹 Personas con várices o arañas vasculares 🔹 Pacientes con insuficiencia venosa crónica 🔹 Mujeres embarazadas con tendencia a la hinchazón en las piernas 🔹 Personas que pasan mucho tiempo de pie o sentadas (oficinistas, enfermeros, viajeros frecuentes, etc.) 🔹 Pacientes en recuperación después de una cirugía de várices Consejos para usarlas correctamente: ✔️ Póntelas por la mañana, antes de que las piernas se hinchen. ✔️ Asegúrate de que no queden arrugas ni dobleces. ✔️ No dobles la parte superior, ya que puede dificultar la circulación. ✔️ Úsalas el tiempo indicado por tu médico. ✔️ Cámbialas regularmente, ya que con el tiempo pierden efectividad. Las medias de compresión son una herramienta efectiva para aliviar síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la circulación en personas con várices o problemas venosos. Sin embargo, no reemplazan los tratamientos médicos cuando las várices ya están avanzadas. Si tienes várices o síntomas de insuficiencia venosa, lo mejor es acudir a un especialista para recibir un diagnóstico y saber qué tipo de medias son las más adecuadas para ti. Tu salud venosa merece la mejor atención. Las várices afectan a muchas personas, no solo por su impacto estético, sino también por los síntomas que pueden causar, como dolor, pesadez y calambres en las piernas. Sin embargo, muchas personas retrasan su tratamiento por miedo al dolor o a que el procedimiento sea demasiado invasivo. En este artículo, responderemos las dudas más comunes sobre el dolor en los tratamientos para várices y qué puedes esperar en cada procedimiento.
¿Los tratamientos para várices duelen? La respuesta depende del tipo de tratamiento. Hoy en día, existen procedimientos mínimamente invasivos que reducen al máximo las molestias. En la mayoría de los casos, los pacientes describen la sensación como un leve pinchazo o ardor, pero no un dolor intenso. Gracias a los avances médicos, muchos tratamientos se realizan con anestesia local o incluso sin anestesia, lo que los hace más cómodos y accesibles. ¿Qué tipo de tratamiento duele menos? Existen varias opciones para tratar las várices, y cada una tiene diferentes niveles de molestia: Escleroterapia con microespuma
Láser endovenoso o radiofrecuencia
Cirugía de várices (flebectomía o safenectomía)
¿Cuánto dura el dolor después del tratamiento? La mayoría de los tratamientos modernos generan molestias leves durante unas horas o días. En procedimientos como la escleroterapia o el láser, los pacientes pueden retomar sus actividades el mismo día o al día siguiente. Para reducir cualquier incomodidad después del procedimiento, se recomienda: ✅ Usar medias de compresión ✅ Evitar estar de pie o sentado por largos períodos ✅ Hacer caminatas suaves para mejorar la circulación ✅ Tomar analgésicos si es necesario (según indicación médica) ¿Qué pasa si no trato mis várices por miedo al dolor? No tratar las várices puede llevar a complicaciones más serias, como: ⚠️ Dolor crónico y pesadez en las piernas ⚠️ Formación de úlceras varicosas ⚠️ Trombosis venosa (coágulos en las venas) ⚠️ Mayor inflamación y enrojecimiento Es importante recordar que los tratamientos actuales son seguros, rápidos y cada vez menos invasivos. ¿Vale la pena tratarse las várices? Definitivamente sí. Aunque algunos tratamientos pueden generar leves molestias, la mayoría son mínimamente invasivos y bien tolerados. Además, los beneficios superan con creces cualquier incomodidad temporal, mejorando la circulación, reduciendo los síntomas y evitando complicaciones futuras. Si tienes dudas o temores, consulta con un especialista certificado, quien podrá explicarte el mejor tratamiento según tu caso y garantizar un procedimiento seguro y efectivo. Las várices no son solo un problema estético; en muchos casos, pueden ser un signo de insuficiencia venosa crónica, una condición que requiere atención médica especializada. Por eso, es fundamental acudir a un cirujano vascular certificado en lugar de buscar soluciones rápidas o tratamientos en centros sin la debida acreditación. A continuación, te explicamos por qué esto es tan importante.
1. Diagnóstico Preciso y Personalizado Un especialista certificado tiene la formación y la experiencia necesarias para realizar una evaluación completa de cada paciente. Esto incluye: ✅ Examen clínico detallado ✅ Ultrasonido Doppler para evaluar el flujo sanguíneo ✅ Identificación de la causa raíz del problema Sin este diagnóstico preciso, es posible que un tratamiento no sea efectivo o que el problema regrese con el tiempo. 2. Seguridad y Eficacia en los Tratamientos Los tratamientos para várices han avanzado mucho en los últimos años. Hoy en día, existen técnicas mínimamente invasivas como:
Un especialista certificado utiliza tecnologías seguras y aprobadas por organismos de salud, minimizando riesgos y garantizando mejores resultados. 3. Evitar Complicaciones y Riesgos Acudir a lugares sin la debida certificación puede traer serios problemas, como: ⚠️ Diagnósticos incorrectos ⚠️ Procedimientos mal ejecutados que dejan cicatrices o manchas ⚠️ Infecciones o trombosis debido a mala praxis Un profesional certificado sigue protocolos estrictos de seguridad y ofrece un seguimiento adecuado para evitar complicaciones. 4. Acompañamiento y Seguimiento Médico El tratamiento de várices no termina con el procedimiento. Un buen especialista ofrece: 🔹 Revisión postoperatoria para asegurar la recuperación adecuada 🔹 Recomendaciones personalizadas para prevenir la reaparición de várices 🔹 Un plan de tratamiento integral que cuide tu salud vascular a largo plazo Este acompañamiento es clave para lograr resultados exitosos y duraderos. 5. ¿Cómo Identificar a un Especialista Certificado? Para asegurarte de que estás en buenas manos, verifica lo siguiente: ✅ Que sea cirujano vascular o angiólogo con certificaciones oficiales ✅ Que esté registrado en colegios médicos reconocidos ✅ Que tenga experiencia comprobada en tratamientos de várices ✅ Que trabaje en clínicas o centros médicos autorizados También es recomendable leer opiniones de pacientes y asegurarse de que el médico utiliza equipos de última generación. Las várices pueden afectar tanto la estética como la salud, por lo que es esencial acudir a un especialista certificado para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento seguro. No arriesgues tu bienestar con soluciones rápidas o tratamientos sin respaldo médico. Invertir en un profesional calificado es la mejor decisión para cuidar tu salud vascular. Si tienes dudas o necesitas orientación, ¡consulta con un experto! Tu salud lo vale. El embarazo es una etapa maravillosa, pero también puede traer consigo cambios en el cuerpo que afectan la salud venosa, como la aparición de varices. Estas venas dilatadas y visibles son comunes en las mujeres embarazadas debido a los cambios hormonales y la presión adicional en las venas. Conocer por qué ocurren, cómo prevenirlas y cuándo buscar ayuda puede marcar la diferencia en el cuidado de tus piernas durante esta etapa.
¿Por qué aparecen varices durante el embarazo?
¿Son peligrosas las varices durante el embarazo?En la mayoría de los casos, son un problema temporal y no representan un riesgo grave. Sin embargo, en casos raros, pueden estar asociadas con complicaciones como coágulos sanguíneos (tromboflebitis) o úlceras venosas. Por eso, es esencial un seguimiento médico adecuado. Consejos para prevenir y manejar las várices durante el embarazo
¿Qué pasa después del parto?En muchos casos, disminuyen o desaparecen después del nacimiento del bebé, especialmente si no existían antes del embarazo. Sin embargo, si persisten o causan molestias, existen tratamientos efectivos, como la escleroterapia o técnicas mínimamente invasivas, que pueden realizarse después del periodo de lactancia. Durante el embarazo son comunes y manejables. Cuidar tus piernas y mantener un seguimiento médico regular te ayudará a disfrutar de esta etapa con tranquilidad y bienestar. Las varices son venas dilatadas y retorcidas que se pueden observar en la superficie de la piel, especialmente en las piernas. Si bien muchas personas pueden tener varices sin experimentar dolor, es importante identificar los síntomas a tiempo para evitar complicaciones graves. Aquí te presentamos los signos más comunes y cómo reconocerlos para que puedas actuar de manera temprana.
1. Venas visibles y dilatadas El síntoma más evidente de las várices son las venas hinchadas y visibles, que suelen ser de color azul o morado. Estas venas pueden verse como líneas retorcidas en la piel, generalmente en las piernas o los pies. A veces son pequeñas y superficiales, mientras que otras veces son grandes y prominentes. 2. Dolor o pesadez en las piernas Un dolor sordo, ardor o sensación de pesadez en las piernas es común, especialmente después de estar de pie o sentado por mucho tiempo. Este dolor tiende a aliviarse al elevar las piernas, ya que la circulación sanguínea mejora. 3. Hinchazón en los tobillos y pies La hinchazón de los pies, tobillos y piernas es otro síntoma típico de las varices. Esto ocurre porque las venas dilatadas no pueden bombear la sangre de manera eficiente, lo que lleva a la acumulación de líquido en las extremidades inferiores. La hinchazón puede ser más notable al final del día o después de largos períodos de actividad física. 4. Calambres musculares Las personas con varices a menudo experimentan calambres dolorosos en las piernas, especialmente durante la noche. Estos calambres son más frecuentes cuando hay una mala circulación en las venas, lo que afecta el suministro de oxígeno y nutrientes a los músculos. 5. Picazón o cambios en la piel La picazón en las piernas o la sensación de ardor alrededor de las varices es otro síntoma frecuente. Con el tiempo, las varices pueden dañar la piel y provocar cambios, como sequedad, enrojecimiento o incluso lesiones en la piel. En algunos casos, pueden desarrollarse úlceras o llagas cerca de las venas afectadas. 6. Fatiga o agotamiento A medida que las varices empeoran, las personas pueden sentir una sensación general de fatiga o agotamiento en las piernas, incluso sin haber realizado actividad física intensa. Esto se debe a que el flujo sanguíneo no es adecuado, lo que hace que las piernas no reciban la cantidad de oxígeno y nutrientes que necesitan. 7. Cambio en la textura de la piel En casos más avanzados, las varices pueden causar que la piel alrededor de las venas afectadas se endurezca, se oscurezca o se vuelva más delgada. Esto puede ser una señal de que la circulación en la zona está comprometida y que es necesario buscar atención médica. ¿Cuándo consultar a un especialista? Si experimentas alguno de estos síntomas, es recomendable consultar a un cirujano cardiovascular especializado en enfermedades venosas. El diagnóstico temprano es clave para evitar complicaciones como la trombosis venosa profunda, úlceras en las piernas o problemas más graves relacionados con la circulación. ¿Cómo prevenir las varices? Mantener un estilo de vida saludable, evitar estar mucho tiempo de pie o sentado, y realizar ejercicios que favorezcan la circulación, como caminar o nadar, son algunas de las mejores formas de prevenir la aparición o el empeoramiento de las várices. Identificar los síntomas de las varices a tiempo es esencial para tratarlas adecuadamente y prevenir complicaciones. Si notas alguno de estos signos, no dudes en consultar a tu médico para obtener el tratamiento adecuado. |
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